La Masacre de Nanjing tuvo lugar en los años 30 del siglo XX. Fue un horrible caso sangriento perpetrado por las tropas invasoras japonesas, caso descrito como la "página más tenebrosa en los anales de la civilización moderna" y "registro de atrocidades nunca vistas en la historia moderna". Pone plenamente al descubierto la barbarie y la crueldad de los militaristas japoneses y, a la vez, demuestra las hondas penalidades que sufría la nación china, víctima de las humillaciones y atropellos imperialistas en aquella época.

Las tropas invasoras japonesas, luego de haber ocupado Shanghai, Suzhou y Hangzhou, conquistaron a Nanjing, la entonces Capital de China, el 13 de diciembre de 1937. Allí realizaron una sangrienta masacre inhumana contra el pueblo chino. Según estadísticas incompletas del Tribunal Internacional del Lejano Oriente en el año 1946 y numerosos registros históricos de toda índole, en 6 semanas, un total de 300.000 militares y civiles chinos fueron colectivamente muertos a tiros, quemados, enterrados vivos o asesinados a sangre fría; una tercera parte de las casas de la ciudad fueron quemadas y más de 20,000 mujeres fueron violadas. La Matanza de Nanjing es un hecho innegable.

Sin embargo, la fuerzas derechistas de Japón siempre han tratado de negar la agresión de su país a China durante la Segunda Guerra Mundial y los sangrientos asesinatos perpetrados por las tropas japonesas en Nanjing.

Hoy día, cuando se cumple un nuevo aniversario de esta historia sin precedente, las sirenas suenan en Nanjing, actualmente capital de la provincia oriental china de Jiangsu, lo que revive amargos recuerdos de los momentos más duros del pueblo chino durante la guerra contra la invasión japonesa. Y miles de chinos de todos los ámbitos, incluidos compatriotas de Hong Kong y Taiwán se reúnen en el Museo de Nanjing para recordar a las víctimas de la masacre.

El pueblo chino no perdonará ninguna negación, eliminación o distorsión de la brutal matanza cometida por los invasores japoneses. Una nación con recuerdos que se desvanecen no puede tener un futuro brillante. Ver en forma correcta su pasada historia de agresión es una premisa para un desarrollo estable y sano de las relaciones bilaterales entre China y Japón.