Partiendo de Datong y recorriendo kilómetros en automóvil hacia el oeste se llega a la Sala de Avalokitesvara. Avanzando otros ocho kilómetros, el turista llega a las Grutas de Yungang. Están al pie de la montaña Wuzhou.
Un gran olmo lo saludará y dos grandes leones de piedra saldrán a su encuentro. El monasterio se encuentra entre altas montañas que lamen el cielo y su vista es realmente impresionante. Las grutas se extienden de este a oeste a lo más de 1.100 hornacinas. También existen 51.000 estatuas de piedras.
La corte de la dinastía Wei del Norte (386-534) estableció el budismo como religión estatal. Sin embargo, el emperador Tai Wu mandó exterminar esa religión obligando a los monjes y monjas a secularizarse, destruyendo los templos y pagodas. Ese fue el primer ¨exterminio de budismo¨ de la historia de China.
Poco después, el emperador Tai Wu murió súbitamente y su nieto, llamado Wen Cheng, restauró en gran escala la religión considerando que la muerte de su abuelo se había debido a la pretendida eliminación del culto.Fue precisamente el emperador Wen Cheng quien hizo excavar las grutas de la montaña Wuzhou.
El enorme número de figuras budistas talladas en piedra, los murales y los motivos decorativos hacen sentir vértigo al visitante. Existe un Buda de 17 metros de altura que mira hacia abajo como sondeando el mundo de los hombres. Se encuentra también la historia de Sakyamuni grabada en piedra y una estatua de Buda a cielo abierto.
Desde el punto de vista artístico las Grutas de Yungang ocupan un lugar prominente en la historia china porque la dinastía Wei del Norte (386-534) concentró en ellas lo mejor de las artes tradicionales y de las escuelas extranjeras.